500 g de mejillones
1 cebolla picada
1 ajo porro
180 ml de vino blanco seco
100 ml de agua
250 ml de nata espesa/crema de leche
1 hoja de laurel
1 rama de tomillo o 1 cucharadita seco
30 g de mantequilla
6 hebras de azafrán
1 pizca de cayena
Sal y pimienta al gusto
Limpiar los mejillones con un cuchillo bajo el chorro del agua fría. Poner en una cazuela 90 ml de vino, el agua, el laurel, el ajo porro picado, el tomillo, sal y pimienta.
Esperar hasta que la mezcla llegue a ebullición y agregar los mejillones. Tapar y dejar hasta que se abran. Retirar del fuego, escurrir y dejar enfriar. Retirar los mejillones de las valvas.
En una sartén con mantequilla, dorar la cebolla a fuego medio. Añadir el resto del vino, el azafrán y la cayena. Salpimentar y dejar hasta que reduzca. Retirar y dejar enfriar unos minutos.
Agregar la nata, mezclar y añadir los mejillones.
Cocinar la pasta en abundante agua salada. Escurrir bien y repartir en los platos de presentación.
Verter por encima los mejillones con su salsa y servir bien caliente.
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