Ingredientes para 4 personas:
300 gr de garbanzos 500 gr de espinacas frescas
2 cebolla
2 dientes de ajo
1 hoja de laurel
1 huevo batido
1 cucharadita de pimentón dulce
Aceite de oliva extra virgen
Sal
La noche anterior a la elaboración del potaje ponemos los garbanzos a remojo, en un bol grande, con agua caliente (no hirviendo), sal y una pizca de bicarbonato.
A la hora de preparar el potaje de cuaresma, cocemos en una olla a presión abundante agua. Cuando empiece a “humear”, echamos los garbanzos (escurridos), una cebolla y los dientes de ajo, enteros y limpios, junto con una hoja de laurel y un poquito de sal.
Una vez empiece a hervir, desespumamos, cerramos la olla y cuando llegue al máximo de presión, bajamos al mínimo el fuego y dejamos cocer 30 minutos. Si ves qué, cuando abras la olla, están todavía los garbanzos algo duros, cierras y dejas cocer otros cinco minutos. ¡Cada olla es un mundo!
Abrimos la olla, sacamos la cebolla y dejamos en el fuego.
Mientras lavamos y quitamos los tallos a las espinacas, y se lo añadimos a los garbanzos, removemos y dejamos a fuego mínimo.
En una sartén, con unas gotas de aceite de oliva, doramos la cebolla picada finamente, cuando esté bien pochada, añadimos la cucharadita de pimentón removemos y se lo añadimos a los garbanzos.
Removemos con cuidado de no romper los garbanzos y dejamos a fuego muy lento unos minutos para que se mezclen los sabores, rectificamos el punto de sal.
Retiramos del fuego, echamos el huevo batido, poco a poco, mientras removemos con una cuchara.
Servimos bien caliente.
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